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La principal motivación para realizar esta radiografía es que quienes lean puedan apreciar en un solo corpus la magnitud de este “Chile tomado” por la ley del más fuerte y puedan entender por qué hemos normalizado hechos que parecían impensados para Chile, como los asesinatos por encargo, los secuestros, las usurpaciones masivas de terrenos o la expansión del crimen organizado internacional. La experiencia de Colombia, México o Centro América demuestra que la caída de un país nunca ocurre de un día para otro. Se va cocinando a fuego lento y las personas nos vamos acostumbrando a la barbarie, igual que la fábula de la rana, que nada en agua tibia en una olla y se relaja a medida que la temperatura aumenta, sin darse cuenta de que morirá cocinada. Aunque el foco del libro ha sido mostrar este país tomado, en la parte final el autor enuncia medidas que se podrían implementar para evitar que el desplome sea irreversible.