El trazado de la Línea 10 toma parte del “Anillo Intermedio”, una propuesta que surgió del Plan Regulador Metropolitano de Santiago de 1960 para dotar a la ciudad de un sistema de circunvalación semicentral complementario a Américo Vespucio, formado por las avenidas Dorsal, Las Rejas, Departamental y Pedro de Valdivia.
Para ubicar las estaciones, Atisba usó el criterio de intermodalidad y proximidad a subcentros vecinales o comunales, escogiendo cruces con otras líneas y avenidas relevantes, procurando mantener una distancia superior a 1.000 m entre las estaciones.
Con ello, llegó a 16 estaciones, de las cuales, ocho se combinarían con líneas existentes y proyectadas, incluyendo la L9 a La Pintana (Santa Rosa) y la L7 que se conectaría en Mapocho. De poniente a oriente, ello permitiría conectar los subcentros Las Rejas-Alameda (combinación L1), futura Ciudad Cerrillos, Lo Valledor, cruce Santa Rosa-Departamental, Pedreros, límite norte Paradero 14.

Proyección de viviendas
Atisba superpuso los radios con los planes reguladores comunales y metropolitano cuando era el caso, y calculó la cabida de nuevos departamentos que podrían  construirse en cada radio, estimando en 50.799, que equivale al 78% de las viviendas actuales.
Si bien aclara que la distribución presenta variaciones importantes por comunas, Estación Central lidera con una cabida de 14.837 departamentos concentrados principalmente en Las Rejas. Le sigue Macul con 11.753, lo que confirma el alto potencial de esta comuna como relevo de Ñuñoa.
También estima un crecimiento importante de San Joaquín, que debiera consolidarse como destino de departamentos de segmentos medios, con una cabida de 8.148 unidades en Las Industrias y Santa Rosa.

 

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