En una nueva edición de La entrevista de Tomás Mosciatti, el arquitecto y urbanista Iván Poduje abordó el alarmante aumento de campamentos en Chile, muchos de los cuales han sido usurpados.

“Ha habido además protección por parte de los tribunales en algunos casos, de las autoridades en otros casos, y simplemente a veces imposibilidad física de echar a las personas que se han tomado muchísimos terrenos en nuestro país”, afirmó Poduje, quien ha realizado estudios sobre este fenómeno. La situación se ha vuelto crítica, especialmente con la reciente toma Edén en Viña del Mar, donde se realizó un desalojo parcial de 89 familias, lo que, según Poduje“es una cosa más bien simbólica”.

Poduje destacó que las nuevas tomas, como la de Lajarilla, presentan una organización y trazado que permiten un crecimiento rápido. “Esta es una toma que, al igual que todas las tomas de la nueva generación de usurpaciones de gran tamaño, tiene una organización, tiene un trazado”, explicó. Además, mencionó que muchos de los ocupantes han pagado por estar allí, en su mayoría extranjeros, lo que ha generado malestar entre los chilenos que esperan soluciones habitacionales. “Cuando tú le das el derecho a la vivienda a los que patean más fuerte o a los que se toman tierra, la señal que estás dando es muy mala para aquellos que cumplen las reglas”, advirtió.

En relación a la megatoma del Cerro Centinela en San Antonio, Poduje reveló que la ocupación fue planificada y ejecutada con recursos significativos. “La única manera en que tú tengas un trazado perfecto como el que está hecho en Centinela es que tú tengas planos de arquitectura u urbanismo, topografía y apoyo topográfico con drones”, explicó. Además, enfatizó que “este es un modelo que viene de Perú, de México”, sugiriendo que detrás de estas tomas hay una organización que busca lucrar con la venta de terrenos usurpados.

Finalmente, Poduje criticó la respuesta del gobierno ante esta crisis, señalando que “la señal que han dado es muy mala para las personas que cumplen”. Propuso que, si él fuera ministro, “aceleraría considerablemente el uso de la vivienda” y realizaría desalojos, enfatizando que “tendrían que postular por un subsidio” y someterse al sistema.

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